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Vitrocéramica de gas sin llama
Nuestra marca Vitrokitchen de gas es pionera en la vitrocerámica de gas sin llama, En la actualidad el mayor peligro de las cocinas de gas, es la llama. Las fugas de gas son muy poco frecuentes y casi inexistentes si se hace un mantenimiento correcto de la cocina con las revisiones pertinentes, sin embargo sI existe cierto peligro al tener una llama encendida ya que si desatendemos la cocina podríamos llegar a quemar algo. Un peligro al que te enfrentas con cualquier cocina realmente sea de gas o eléctrica.
La Vitrocéramica de gas sin llama
La comodidad del mundo occidental se extiende a la cocina y es que si es cierto que una vitrocerámica es más cómoda de limpiar que una cocina de gas tradicional, y además mucho más practica a la hora de aprovechar el espacio ya que permite extender el banco de la cocina a toda ella mientras no estén en funcionamiento los fogones.
La vitrocerámica además dispone de dos focos de reaprovechamiento del calor para así poder sacar el máximo partido a la energía consumida.
Cocina sin electricidad
Una cocina sin electricidad que permite estar fuera de la red eléctrica ideal para casas de campo o para los que prefieren no depende de la fluctuación e inestabilidad que genera la electricidad.
Cocina ecológica
La vitrocerámica de gas es sin duda el sistema más ecológico del mercado ya que no tiene casi fugas de calor debido a su sistema de reaprovechamiento. Además en su mayoría aunque bien es cierto que la electricidad es muy eficiente en la conversión a calor no lo es tanto en su producción que genera una huella inmensa de carbono.
Ahorrar en la cocina
La cocina es el lugar de la casa donde más energía consumimos por eso tiene sentido poner especial hincapié en buscar formas de ahorro en ella y la vitrocerámica de gas ha sido repetida una y otra vez en los medios de comunicación como el sistema más eficiente.
Si quieres más información informate en nuestra página de la vitrocerámica de gas.
O conoce todas las ventajas en profundidad de la cocción sin llama.
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